El día que las abejas desaparecieron

¿Podrían todas las abejas del mundo desaparecer?

Es difícil de creer, pero imaginarlo no es tan complicado. Netflix y su polémica producción original llamada Black Mirror, presenta una serie de capítulos de ciencia ficción que después de todo, resultan estar muy apegados a la realidad actual.

El capítulo final de la tercera temporada nos lleva a un escenario de un futuro cercano en que por la acción humana las abejas se extinguieron completamente, una especie indispensable para continuar la vida en el planeta. ¿Cómo sobreviviría la humanidad sin las abejas? ¿Quién iba a cumplir con el papel de la polinización de los cultivos? Una vez más, parece que la tecnología avanza más rápido que la humanidad en superar los Objetivos de Desarrollo.

abejas robóticas
Black Mirror - Netflix

Pues bien, imaginemos millones de robots autónomos y minúsculos volando por todos los campos cumpliendo con la función de polinizar para subsistir en este mundo. Y más importante que el desenlace del capítulo, es la reflexión sobre la fragilidad de los ecosistemas de los que dependemos plenamente y cómo estamos alterando estas relaciones de beneficio mutuo entre las especies.

La apicultura en las comunidades rurales

Salimos de la pantalla chica y nos transportamos a la realidad, al campo, viajamos más de 100 kms desde Panajachel a la parte baja de la Microcuenca del río Masá, donde nos adentramos al clima húmedo de la boca costa, entre sistemas agroforestales de café y banano encontramos a Francisco Guarchaj.

Francisco Guarchaj

Francisco es un agricultor que desde la década de los 80 se ha sumergido al mundo de la apicultura, pero fue hasta el año 2012 que se asoció con sus vecinos y junto a Vivamos Mejor fundaron la Asociación de Apicultores del Río Masá (APICMA), donde a través de los años han logrado obtener un producto de calidad para exportación. Los procesos de producción se han tecnificado gracias a las constantes capacitaciones y el equipamiento con maquinaria y utencilios de acero inoxidable para la inocuidad en la manipulación del producto final, esto gracias al apoyo de Vivamos Mejor.

La miel es una alternativa de ingreso para las familias de las comunidades rurales de Guatemala, sin embargo su impacto va más allá de las utilidades que genera este producto.

Apicultor Vivamos Mejor

La producción apícola es de vital importancia para la conservación de los ecosistemas, su actividad polinizadora preserva las especies y permite que los cultivos produzcan alimento. De las palabras de Francisco: "Sin las abejas este mundo sería distinto, no habría cosecha". Una relación simbiótica de beneficio para todos y todas las especies. Además, los apicultores asociados reservan una porción de su producción para autoconsumo, de esta manera complementan los nutrientes necesarios para una alimentación sana y balanceada en su familia.

Las parcelas aledañas a las colmenas de los apicultores asociados son de cultivo de café en asocio con banano y hoja de maxán, de producción orgánica y de libre polinización, donde las abejas, nuestras aliadas en la vida, no se ven amenazadas, conservando su existencia y la nuestra.

Conservación. Productos de la Tierra

Conservación es una marca social que está comprometida con la producción sostenible en armonía con la Tierra y promoviendo la mejora en la calidad de vida de las comunidades rurales. Así mismo, genera una comunidad de consumidores responsables e informados sobre el origen de sus productos alimenticios.

Puedes adquirir nuestra Miel Conservación por medio de nuestra página de Facebook: https://www.facebook.com/conservacion.gt/

 

Redacción: José Zelada

1 thought on “El día que las abejas desaparecieron”

  • Es una miel muy natural, es para consumo como un alimento sano, muy recomendable para la dieta diaria, el sabor excelente¡!!

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