Mejorando la calidad de vida de las familias
El consejo de madre es amor y experiencia para los hijos e hijas. Rebeca Chumil es una madre que vive en Chuitzanchaj, una aldea en la parte alta de las montañas que rodean al majestuoso Lago Atitlán, han pasado más de 6 años desde que su vida se ha ido transformando para mejorar la calidad de vida de su familia.
Rebeca visitaba el centro de salud por una visita rutinaria cuando escuchó por primera vez de Vivamos Mejor, la invitaron a formar parte del proyecto Salud Nutricional y Agroecología porque en ese entonces sus hijos e hijas estaban pequeños. Fue así que Rebeca inició un proceso de fortalecimiento de conocimientos y capacidades para su familia que hoy describe así:
Es muy bonito formar parte de un proyecto como Vivamos Mejor, me gusta estar ahí, de lo contrario ya no seguiría asistiendo... los conocimientos que adquiero son de mucha utilidad en mi vida, puedo aplicarlos y compartirlos con muchas más personas, quiero aprender más y participar en más proyectos que puedan venir
El proyecto Salud Nutricional y Agroecología busca prevenir la desnutrición crónica infantil en las comunidades rurales del Altiplano de Guatemala, donde por estudios propios se han encontrado comunidades con más del 80% de desnutrición en la niñez menor de 5 años.
El objetivo del proyecto es la prevención desde la sensibilización, el fortalecimiento de capacidades en las familias y el personal de salud, además, la estrategia es integral porque incluye el componente de agroecología, siendo la mayor parte de las familias dependientes de la agricultura de subsistencia, se requiere el fortalecimiento de los sistemas productivos con prácticas agroecológicas que rescaten además, los conocimientos ancestrales como el sistema milpa y la producción en el patio hogar.
Aprovechando los alimentos y aumentando su disponibilidad
Rebeca ha participado constantemente en los talleres y actividades en los cuales adquiere conocimientos que replica en su hogar. Ella relata que disfruta asistir al CEDRACC a los talleres de recetas nutricionales porque le gusta cocinar y aprende nuevas formas de preparar los alimentos, por ejemplo, ha descubierto la variedad de platillos que pueden prepararse con la proteína de soya, como el ceviche. La última receta que aprendió fueron güicoyitos rellenos, pero nos cuenta que siempre que regresa a casa y replica la receta, le da su toque personal agregando otros ingredientes nutritivos.
Siendo una participante desde la primera fase del proyecto, Rebeca ha recibido plantas para fortalecer sus sistemas de producción de alimentos, los años han pasado y ahora los resultados son tangibles con la cosecha de sus árboles frutales como aguacate, limón y también algunas plantas medicinales. Estas plantas le han permitido aumentar los nutrientes disponibles para su familia con la diversificación de alimentos, además, el excedente de la cosecha le ha brindado una alternativa de ingreso a ella y su esposo.
Cambios generacionales
Rebeca es una madre orgullosa porque siempre puso en práctica estos conocimientos con sus hijas, frecuentaba los servicios del centro de salud donde realizaban el monitoreo de sus hijas y la felicitaban, porque el peso y talla eran adecuados. Desde esa época, el gusto por la cocina y la nutrición estaban presentes en su hogar, porque al preparar los atoles que le brindaban en el centro de salud les agregaba frutas para fortalecer aún más la receta.
Actualmente sus hijas han crecido, siendo ahora jóvenes. Recientemente, María, la hija mayor, presentó una situación de salud, sin embargo no le había comunicado a Rebeca que se encontraba gestando. Rebeca rápidamente tomó acción y se dirigieron al centro de salud donde se dio la atención adecuada, un par de semanas luego, con el apoyo de Rebeca, el bebé nació sano.
Un nuevo integrante se une a la familia, Rebeca se encuentra plenamente feliz con su nieto, asimismo, está motivada y comprometida con transmitir los conocimientos adquiridos a través de los talleres de Vivamos Mejor a su hija para que su nieto crezca y se desarrolle de la mejor manera. Estos se complementan con los conocimientos ancestrales en medicina natural con plantas que tiene, siempre son oportunos cuando la bebé presenta alguna molestia.
El vínculo entre madre e hija se ha fortalecido gracias a esta experiencia, así lo relata María:
Una siempre escucha los consejos de las madres, pero es hasta que una tiene a sus propios hijos que empieza a prestar atención. Gracias a sus consejos he llevado un control adecuado de mi salud y la de mi hija, hemos asistido al centro de salud donde durante el embarazo recibí prenatales y ahora mantengo el control de peso y talla de mi bebé.
Un proyecto que trasciende
El proyecto Salud Nutricional y Agroecología se encuentra culminando la segunda fase donde ha logrado trabajar junto a más de 200 familias para prevenir la desnutrición crónica infantil desde una visión integral. María es una de las madres que se ha integrado a esta fase y que gracias a la experiencia de su madre han logrado juntas tener un proceso de crianza respetuosa, pertinente y sana.
De las palabra de Rebeca: "Un bebé es como una planta, se tienen que cuidar igual", esta frase comparte nuestra visión como Vivamos Mejor, para poder alcanzar la calidad de vida familiar en las comunidades rurales, es necesario también cuidar el bienestar de nuestro entorno natural.
Agradecemos a Rebeca y María Chumil por compartir su experiencia, por ser parte del proyecto Salud Nutricional y Agroecología y por velar por el bienestar de su familia al poner en práctica los conocimientos y experiencia adquirida. Así como ellas, hay más de 200 familias que están transformando la situación de desnutrición crónica infantil en sus comunidades, en un país donde casi la mitad de la niñez se encuentra bajo esta condición.